jueves, 8 de marzo de 2012

Recolección de Semillas


“Para reverdecer no sólo el desierto sino toda la tierra debemos crear bancos de semillas de todos los países, distribuirlas ampliamente, producirlas y plantarlas.” 
(Masanobu Fukoka)





Parte de nuestra autosuficiencia productiva esta en proveernos el stock de semillas de las próximas siembras. En otras palabras, es tener nuestro banco de semillas propio, y permitir un cultivo de calidad, sano e independiente.

Mantenernos libres del pequeño grupo de  grandes corporaciones que hoy dominan el mercado agrario y monopolizan la producción de semillas en el mundo, es parte de una acción consciente de ruptura con los viejos modelos económicos y sociales y prepararnos para una era donde el compartir, generar, la autonomía, cooperación y abundancia colectiva son criterios fundamentales.

Nos gusta la manera sencilla como Peter Dolan (Cultivo de Semillas) expresa esta eminente necesidad:  

" La próxima vez que cultives lechugas, permite que una de tus mejores plantas continué desarrollándose más allá de la madurez. Del corazón de la plantas crecerá un tallo, florecerá en pequeños ramilletes amarillos que después se convierten en pequeñas semillas plumosas. Cuando estas semillas maduran, caen fácilmente. Sacude el tallo dentro de una bolsa de papel. Esta es buena semilla, regala algunas a un amigo, ya que tú tienes más de las que necesitas.  Cultiva esta semilla el próximo año con toda confianza. Las plantas que broten de estas semillas recibirán tu atención especial, porque tú te identificas con ellas, conociste a sus padres

En nuestra cultura, con frecuencia la gente es rica en conceptos pero pobre en experiencia. Esto es especialmente cierto respecto a nuestro acercamiento a la naturaleza. Si estás comenzando, desarrolla esta habilidad, cimiéntala como una experiencia real. La agricultura es arte practico.”

Estamos llegando al otoño y nuestro amado diente de león, está dando sus últimas florecitas, entonces apresúrate y al recorrer la ciudad o en tu jardín observa atentamente buscando aquellas flores que ya estén plenamente abierta, pidiendo permiso y agradeciendo después de cortar las flores, déjalas algunos días en un vaso con agua hasta que veas que la flor se seco y transformo en el famoso panadero repleto de semillas,  sin que las semillas se mojen guárdalas en un sobre de papel esperando por la próxima primavera.

Lo mismo sirve para muchas de las flores y plantas que se quiera cultivar. Hay que tener siempre en cuneta elegir las visualmente mejores plantas o frutos para semillas. Una vez que se produjo las semillas hay que procesarlas, lo que hay que conocer la manera de hacerlo con cada tipo de semilla, observando de cómo lo hace la naturaleza con ellas.

A las semillas mojadas, o sea las plantas con semillas de una pulpa húmeda, como los tomates, zapallos, sandías, etc. Hay que sacar la semilla con una cuchara; limpiarlas en un bol o balde de agua, mezclándolas bien con las manos; luego verter la semilla vacía o no viable y los restos de pulpa que flota arriba, y finalmente colar las semillas limpias y dejarlas secar en una malla, plato o papel, siempre a la sombra.

Para procesar las semillas secas, estas que maduran en chauchas, capsulas o cáscaras; como los porotos, el maíz, la lechuga y el rabanito; se dejan secar las plantas en la tierra y las cosechamos una vez secas. Como alternativa se pueden cosechar las vainas a medida que secan. A estas vainas las trillamos y separamos las cáscaras, pétalos y tallos, se puede ir pisando para romper las vainas, y vamos separando manualmente.

Al guardar cualquier tipo de semillas, es importante que éstas queden sin rastros de suciedad, pulpa o polvo. Finalmente las guardamos en sobres bien cerrados, frascos de vidrio oscuros, o lo que tengamos a mano, procurando que estén bien secas y limpias y que permanezcan en la oscuridad guardadas en un lugar fresco, libre de humedad con una tempera estable. 


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